Estábamos en clases de "psicología y producción cultural", en nuestro primer año de psicología. Yo venía saliendo de una relación tóxica y me encontraba con un chico a distancia. Así que no estaba interesada en encontrar a alguien. Pero durante la clase, escuché una voz profunda que llevaba un comentario interesante sobre el tema de la clase. Me gustó mucho. Luego logré ponerle un rostro a esa voz y decidí que quería estar con ese cabro. Fui a mi casa y le puse término a la relación a distancia. Decidí ir con todo para, en una de esas, salir con él. Pero en el minuto en que planteé mis emociones me dijo: sólo podemos ser amigos.
Y sí, amigas, me rendí sólo en parte. Decidí ser la mejor amiga que podría haber tenido y poco a poco, sin darnos cuenta, pasó a más....
Un día jugando, como bien dice mi vieja, "juego de manos, juegos de villanos". En mi caso, ese jugueteo llevó a un beso que de vil no tenía nada. Nos confundimos, jugando muchas veces más.
Luego de una serie de situaciones y decisiones en medio de ese preludio recién escrito, finalmente en 2013 comenzamos a pololear formalmente.
Datos freak:
- Cuando empezamos a ser amigos, yo frecuentaba mucho su casa. Una noche, hizo tanto frío que mis dientes castañeaban... Me escuchó y me invitó a su cama 😵 Dormimos "potito con potito" toda la noche. A partir de ahí, siempre dormimos juntos, siendo 8 años de compartir camita.
- Ya pololeando, me confesó que en realidad siempre le gusté 🤦 pero era muy "hueon" para darse cuenta 🙄
- Cuando vino a mi casa, ya no como amigo, si no que como pololo, antes de hablar con mo viejo se puso tan nervioso, que salió a fumar un cigarrillo y no entró hasta calmarse 😅 Y en vez de decirle "tío, estoy pololeando con su hija", le pidió mi mano 🤣
- Cuando nos dimos nuestro primer beso, pasamos la noche en vela sólo besándonos😂 y cuando fuimos a la U no dejábamos de sonreír 🙊
Se ocultó el contenido
Para mostrar este contenido, por favor haz clic aquí