El matrimonio de Claudio y Fabiola en San José de Maipo, Cordillera

Luego llegó el momento de leer los votos y no pudo haber sido más romántico y perfecto. Al finalizar la ceremonia nos fuimos con la fotógrafa a realizar una mini sesión de fotos, que resultó en unas imágenes que retrataron perfecto el amor sentimos uno por el otro.

Llegamos de vuelta al centro de eventos, al cóctel y fue un mar de alegría. La gente se nos acercaba y nos deseaba lo mejor del mundo. Por sobretodo nos sentimos muy queridos, y agradecidos enormemente del cariño de todos los presentes ese día.

Seguimos con el vals que teníamos preparado.

Hace unos meses atrás vimos la película Lalaland. Con Clau quedamos enamorados de ella. Sobre todo, de la música, así que no nos fue muy difícil elegir el vals que queríamos preparar. Y salió perfecto, tal como lo soñamos.

Estaba tan feliz que no tuve nada de hambre y casi no probé la cena que con tanto cariño habíamos elegido para nuestra familia y amigos. Los miraba a todos ahí, riendo y compartiendo y miraba a mi novio, guapo, alegre y perfecto que no quería perder un segundo de lograr grabar cada escena en mi memoria.

También preparamos un baile de tango en honor a los abuelos de mi novio, quienes nos pudieron estar presentes ese día en forma física, pero sabemos que nos acompañaron de todos modos. Fue un momento muy emotivo y feliz.

Después comenzó la fiesta y el baile y lo pasamos genial. La música estuvo buenísima, todo el mundo bailando...

La verdad es que fue un día perfecto. Todo salió como soñamos e incluso mejor aún. Resultó ser un matrimonio muy cercano y familiar, donde todos estaban incluidos, donde sólo había buena onda y amor en el aire. Un día memorable.