El matrimonio de Oliver y Estephania en La Florida, Santiago
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O&E
14 Abr, 2018La crónica de nuestro matrimonio
El día de mi matrimonio todo fue un poco caótico, hubo proveedores maravillosos que no me dieron ninguna preocupación, pero hubo otros que me atrasaron y otros que no cumplieron ni lo prometido ni la expectativa. Pese a todo, ese día intenté estar relajada, ¡todo se me pasó volando! Disfruté mucho el proceso de arreglarme, aunque finalmente tanto relajo ya me tuve que vestir atrasada. Pese a todo, cuando estaba lista, me sentía preciosa. Algo divertido es que mis vecinos salieron a despedirme (hace poco llegamos a la casa nueva).
Algo especial fue que en el auto me fui con mis pajes (sobrinos), mi papá y mi suegro, fue especial elegir a mi suegro como chofer porque, en realidad, yo con los nervios y mi papá todo emocionado, mi suegro fue un cómplice de ese momento. Hacía bromas y relajaba el ambiente. Igual, fue algo simbólico, esto como de ir con los dos padres y sumarlo a mi vida como un papá más.
Al llegar a la ceremonia ni me di cuenta de mucho, creo que iba tan nerviosa que no sabía dónde mirar, sin embargo, cuando llegué adelante, donde mi amor, me volvió el alma al cuerpo. Estaba feliz de estar con él. Con el sacerdote nos habíamos puesto de acuerdo en varias cosas, pero el sacerdote era super poco ortodoxo y, finalmente, se salió de todo libreto, lo cual hizo que la ceremonia fuera única, algo hermoso, incluso el mismo curita se emocionó. También hizo que nuestros padres y padrinos nos dieran su bendición y nos hizo sentarnos mirando a los invitados, ya que dijo que era importante que veamos a quienes elegimos para compartir ese día especial.
Seguir leyendo »Al llegar a la fiesta todo fue aún más rápido. Hicimos dos ceremonias simbólicas en la que incluimos a nuestra hija, la de la Arena y la de la rosa, ambas fueron muy emotivas e importantes para nosotros. Mi hermano hizo el brindis, lo cual fue muy bonito. También pasamos un video con fotos de nosotros, y agradecimos a quienes nos acompañaron en el proceso. Luego de eso, todo fue entretenido, en vez de tirar el ramo hice una sillita musical y quienes iban perdiendo se tenían que tomar un jelly shot. Esto salió super bien, fue divertido, mis amigas prepararon los jelly shots con mucho amor. La ganadora se llevó una gift card y una versión mini del ramo de novia. Respecto al ramo original, pensaba conservarlo, sin embargo, a último momento decidí regalárselo a una amiga que está esperando guaguita, fue algo chistoso y emotivo.
El novio, por su parte, tiró la liga y le hicieron un malteo entre amigos y familiares. Luego, vino todo el tema del cotillón y el bailoteo en sí mismo, sin embargo, tuve una sorpresa tremenda, ya que unos amigos prepararon unas canciones y nos cantaron, preocupándose de incluir una canción de mi gusto y una del novio, ambas muy románticas. ¡Esto último no me lo esperaba para nada!
Finalmente, al terminar la fiesta, corrimos a la casa, nos cambiamos de ropa y partimos al aeropuerto a nuestra soñada luna de miel en Puerto Varas. Al mirar atrás, me alegra enormemente todo lo vivido, como sea uno se queda con lo lindo de ese día y con la posibilidad de empezar a construir una vida con quien amamos; de soñar juntos y ese día es el hito, el puntapié inicial de un montón de aventuras juntos, así que uno sólo debe disfrutarlo.
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