El matrimonio de Pablo y Ángela en Renaico, Malleco

Los preparativos fueron realizados desde Buin (RM), nos casamos en Renaico (XI). El viernes 21 de julio nos casamos por el civil, a las 9 de la mañana, con los nervios y la presión de no llegar tarde a la cita olvide mi pequeño ramo formal de flores para la ocasión, pero seguimos adelante, una ceremonia muy íntima sólo con los padres y dos testigos. Ah, por supuesto el fotógrafo Victor Mancilla, recién conocido en persona, que estaría a cargo de las fotos de nuestro matrimonio civil e Iglesia, posterior a esta ceremonia fuimos a ver la Iglesia luego a una sesión de fotos y cuando llegamos a casa el coctel de celebración pasó a segundo plano puesto que aún habían detalles que resolver de la ceremonia por la Iglesia que sería al día siguiente, entonces manos a la obra a resolver los últimos detalles.

Y el día parte así:

Sábado, por la mañana, marido y mujer, faltaba la bendición de Dios, para nosotros más significativa que la ceremonia civil, debido a que en esta estarían todos nuestros familiares y amigos acompañándonos en este gran paso. Nos fuimos a la Iglesia Evangélica, temprano a limpiar, ordenar, y adornar, quedó lindísima, flores blancas, y un par de cintas en el pasillo (adjunto foto), luego visita al local para ver las ubicaciones, un poco lento los preparativos pero aseguraban que a la hora del evento todo estaría listo. Dejamos todo organizado, y nos fuimos a la casa a ver los últimos detalles, el novio se fue a la casa de sus padres y yo al salón para comenzar con el maquillaje y peinado, pedí encarecidamente a mi padre que viniera por mí, a las 18.50 horas, se lo pedí muchas veces. Adivinen, llego a las 19.45 horas, mi actual marido estuvo en la Iglesia esperándome 1 hora, llegue a las 20 horas. Quería morir, yo desesperada por llegar a la Iglesia y nadie iba por mí al Salón, que nervios.

Finalmente la ceremonia en la Iglesia me emocionó con cada palabra, al entrar a la iglesia y ver a mi marido esperando por mí, fue emocionante, fue como caminar en una nube mientras me acercaba al altar, mi padre sujetaba mi brazo, de un apoyo incondicional a un pilar fundamental en mi vida, así me sentí, pasar del brazo de mi padre a mi marido.

Y por supuesto, no sería sur sin lluvia, un maravilloso dia lluvioso nos acompañó. Mi sur querido lo amo.

La salida de la iglesia, emocionante, mientras paseamos y esperábamos que los invitados llegaran al lugar del evento, nos relajamos por un momento, y de ahí a la llegada al local, el brindis, las palabras de agradecimiento a quienes nos acompañaron, los abrazos y felicitaciones recibidas, todo era emocionante, alegría, y mucha satisfacción por lo que conseguimos. Coctel, comida, vals, liga, ramo, baile, bar abierto, cotillón, fotos, todo salió perfecto, el DJ Pipo, el animador (Patricio Mellado), el fotógrafo (Victor Mancilla), y la atención en el centro de eventos, a excepción de las etiquetas con el nombre de los invitados, todo lo maravilloso vivido esa noche fue mayormente destacable en forma positiva, hermoso recuerdo para el futuro. La torta de los novios, casi quedamos con ella por todos lados, cortamos un pedazo muy grande y casi se nos cae, carcajadas y mucha felicidad fue lo que vivimos esa noche, que termino a las 7 AM.

Finalmente, casados, disfrutamos nuestra fiesta, y estuvimos muy contentos de lograr nuestras expectativas, fue lo que habíamos imaginado. Y las fotos son maravillosas que no me canso de ver. Y mi marido es el mejor del mundo.

Disculpen la demora de la historia, pero se las debía, espero les guste.